De la silla de ruedas al ciclismo de competencia

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  • Monique van der Vorst

    Obtuvo dos veces la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Pekín. Sin embargo, el pasado año ocurrió algo increíble: fue capaz de volver a caminar.

  • Y ahora tiene un nuevo sueño. Su historia es parte de la serie “Mi Pequeña Revolución” de Radio Nederland.

rnw.nl – En 1998, Monique van der Vorst, quien entonces tenía trece años de edad, terminó en una silla de ruedas después de una operación de cadera que tuvo complicaciones. Una año después estaba en un centro de recuperación y descubrió una “bicicleta de manos”. “Yo usaba la bicicleta para ir a la escuela pero también para desahogarme mentalmente. Me dio un gran sentido de autoestima. Podía demostrar que todavía podía hacer algo.”

Al parecer tenía talento, comenzó a entrenarse y a participar en competiciones, y en 2001 se transformó en campeona europea por primera vez. Después llegó un éxito tras otro, a pesar de un grave accidente, en 2009, cuando Van der Vorst fue atropellada por un coche durante una estadía de entrenamiento en la ciudad estadounidense de Tampa. Quedó en estado de coma y con una lesión en la médula espinal.

Medallas de Plata
“Después tuve que empezar todo de nuevo, pero tenía un objetivo: cinco meses después eran los Juegos Paralímpicos en Pekín. Nada más salir del hospital y ya estaba de nuevo en mi bicicleta de manos. Y efectivamente estuve en Pekín en 2008. Con dos medallas de plata. Yo no creo que nunca llegue a tener un éxito similar de nuevo. Desde luego, ya no participaré nunca más en los Juegos Paralímpicos.

En marzo de 2008, durante un entrenamiento de bicicleta de manos en España, el destino se volvió a ensañar con ella. “Yo partí algo más tarde que el resto y aceleré para alcanzar mi grupo. En el momento de frenar sentí que un ciclista me estrellaba por detrás. Tuve un espasmo como si me hubieran electrocutado y esa sensación no desapareció y fue muy desagradable.”

Hormigueos
Después de un período en un hospital español, Van der Vorst fue trasladada a Holanda. “Fue cada vez peor. Perdí más funciones corporales y bajé muchísimo de peso. Solamente podía estar acostada y no tenía fuerza ni para comer. Una época insoportable con mucho dolor, frustración e inseguridad. Hasta que llegó el momento en que, por la noche, me pellizqué la mano y mis dedos se estiraron, y en un momento sentí un hormigueo en mi pie izquierdo. No sentía nada cuando tocaba mi pierna pero el hormigueo sí lo sentía. Fue muy extraño”.

Ningún médico tiene alguna explicación para el fenómeno, pero para Van der Vorst fue la señal para entrenar duramente. “Al comienzo podía mover mis piernas algunos centímetros, pero llegó un momento en que pude levantarlas y pude “caminar en el aire” sin apoyar los pies, sujetándome en la pasarela con las manos. Con esa motivación en mi cabeza comencé a entrenar dos veces más fuerte. Era un combate contra mi propio cuerpo. No me interesaba ni lo que había pasado antes, ni lo que pasaría en el futuro. Sentía una gran euforia. Quería cada vez más y más y más.”

De vuelta en el deporte
En marzo de 2011, Van der Vorst recibió su primera bicicleta de carreras. “Entonces comencé a entrenar solamente por diversión. Anduvo tan bien que comencé a participar en vueltas de competición. En el verano recorrí desde Italia a Holanda en tres semanas; todas las montañas; más de 3.000 kilómetros. Sola, porque quería tranquilidad para poner en orden mis pensamientos. Entonces entendía que quería volver a practicar deporte.”

Muchos equipos quisieron contar con Van der Vorst, debido a su talento y mentalidad, pero en parte, presumiblemente, también por su increíble historia y la publicidad que esta brinda. Finalmente ella optó por el equipo Rabobank. “Es el más profesional de los equipos de ciclismo. Además es fantástico compartir equipo con la campeona olímpica Marianne Vos.

Inspiración
“Es difícil de concebir el ser, de pronto, tan popular. Yo recibí peticiones de entrevistas de Japón. Brasil, EE.UU. e Inglaterra. En internet y Twitter se escribe acerca de mi y recibo muchos correos electrónicos de gente que me consideran una fuente de inspiración. A eso hay que acostumbrarse.”

A través del duro entrenamiento y la necesaria («mala») suerte, Van der Vorst pudo llevar adelante una pequeña revolución el pasado año en su vida. «Hace un año no podía andar en bicicleta ni cinco minutos; ahora todo el día. Hace un año no podía montar en bicicleta, ahora recorro montañas y soy una ciclista profesional. Hace un año no era nada, en realidad; había perdido mi pasión, mi deporte e incluso mi trabajo. Fue una búsqueda intensa de mí misma. Finalmente viví el día a día y todo acabó bien”.

Ahora Monique Van der Vorst tiene otra meta: los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro. “Es un propósito muy difícil. Todavía no me acerco a ese nivel. Tengo que entrenar y aprender mucho todavía. Pero hasta 2016 tengo mucho tiempo.”

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