Oscar Pistorius en Olé: «No quiero un trato especial»

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Pistorius en acción. Quiere ir a Londres 2012.

Demian Meltzer/ole.com.ar – Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. (Corintios 9:26-27). El pasaje bíblico es una marca que lleva su cuerpo. Se la tatuó en la espalda para recordar el esfuerzo y sacrificio que día a día le mete a su vida. Esa que desde los 11 meses lo tiene como un luchador que nunca conoció barreras.

Oscar Pistorius nació sin peronés hace 25 noviembres y a esa edad debieron cortarles ambas piernas por debajo de la rodilla. Desde muy chico se acostumbró a caminar con prótesis. “Mis padres fueron muy relajados con ese tema. A la mañana nos levantaban a mi hermano y a mí y nos decían: ‘Vos ponete tus zapatos, vos ponete tus piernas y vayan a jugar, vayan a subirse a los árboles y si te caes, levantate y seguí’. No se mostraron como algo preocupados o tristes por eso. Esa es la mejor mentalidad. Si te sacaron un 10%, un 20% de tu cuerpo, focalizate en el otro 80 ó 90% que te queda. Eso es lo que me propongo todos los días”, se planta, en un mano a mano con Olé , con un optimismo que contagia.

Resulta que a este sudafricano se le dio por correr -lo ayudan unas extremidades hechas en fibra de carbono-. Y hoy, luego de disputar dos Juegos Paralímpicos en la especialidad de los 400 metros llanos, su límite es competir en los Olímpicos 2012. Como uno más.

-¿Te sentís integrado por el resto de los deportistas?

-Definitivamente, sí. Siempre me han tratado como uno más. Ven cómo me entreno y el sacrificio que pongo fuera de la pista. En Sudáfrica he corrido ocho temporadas, cinco a nivel internacional. Y siempre fui considerado uno más. Me tiene muy relajado eso. No quiero un trato especial. No lo preciso. En las carreras es uno contra siete. Y ellos me ven como un competidor más.

-¿Cómo te convertiste en un atleta?

-Por azar. Practiqué muchos deportes de chico: tenis, waterpolo, cricket… No resaltaba mucho pero jugaba a varios. En el 2003, haciendo rugby, me lastimé la rodilla. Y el programa de rehabilitación incluía un poco de pista. Así arranqué. Se supone que eran cuatro meses de atletismo y volvía al rugby. Ahí el entrenador me consiguió para competir y empecé a destacarme. Competí en varios torneos locales y en el 2004 fui a Atenas, a los Paralímpicos. Era la primera vez que yo salía del país y estuvo muy bien la experiencia. Lo disfruté. En 2005, en mi último año en la secundaria, fui finalista en 400 metros en un torneo senior con 18 años. Ahí sabía que podía ser uno de los más rápidos de mi país. Pero también supe que mientras lo esté disfrutando, lo seguiré haciendo.

-¿Por qué 400 metros y no 100 ó 200 ú 800?

-No tengo suficiente fuerza para los 100 metros, je. Se necesita una gran aceleración inicial y yo no cuento con esos músculos para hacerla. Mi largada es algo lenta y tampoco poseo el físico grande que se necesita. En los 200 hice buenas marcas de velocidad, no de aceleración. Pero volviendo a lo de las salidas, que se consideran los primeros 30 metros, en los 200 representa más del 10% de la carrera. En 400 esa diferencia se diluye un poco más. También corrí los 800, pero a los 600 ya quiero parar, je. Los 400, o los 300 si existieran, son una buena distancia y consigo buenas marcas.

-De acuerdo a tus tiempos, ¿es posible ganar medalla en Londres?

-Es algo muy lejano. Soy realista. Se necesita correr 44 segundos por lo menos. En el 2008, un americano, LeShawn Merritt corrió 43s50. En 2004, Jeremy Wariner clavó 44s. Son muy buenas, es muy difícil. Para un podio debés correr en menos de 44s25. Yo todavía nunca bajé de los 45 segundos. Además, en Europa, corrés una vez cada diez días. En este campeonato, es todos los días, por cuatro o cinco jornadas. Es muy cansador y estresante mentalmente, tenés que estar muy concentrado. Si llego a la semifinal estaría genial. Meterme en una final, sería un sueño increíble. Estar en 16º implica semifinales, son ocho por carrera. Y a eso apunto.

En 2008, unos meses antes de los Juegos en Pekín, la Federación Internacional (IAAF), basada en un estudio biomecánico alemán sobre sus prótesis (valuadas en 24.000 euros), lo inhabilitó para correr carreras comunes, aduciendo que sacaba ventajas sobre el ser humano normal: analizaron que las Cheetas, fabricadas en Finlandia, le permiten a Pistorius recuperar el 90% de la energía en carrera, una gran ventaja con respecto a un velocista normal, que reabsorbe el 60%. Blade Runner, así lo llaman, apeló en base a un informe norteamericano, la Corte Arbitral del Deporte (TAS) lo aceptó y fue autorizado. Pero no le alcanzó el tiempo para lograr la marca A (45s95) y ser elegido por su país. Oscar sienta postura: “Fue una frustración muy grande. En el 2007/08 ya dejamos en claro que no se estaba sacando ventajas con las prótesis. Del mismo modelo se fabricaron 20.000 piezas, se les dieron a un montón de atletas en todo el mundo y ninguno estuvo ni cerca de hacer lo que yo hago. Estoy feliz con eso. Espero que entiendan que soy un atleta normal, sólo que no tengo piernas. Como cualquiera que compite, yo siempre estoy dando lo mejor de mí y en cada sesión voy mejorando y sigo investigando sobre las dietas y desempeños… Quiero que, cuando dentro de unos años mire mi carrera hacia atrás, vea el esfuerzo que hice y que fue siempre para mejorar”.

Y para Oscar, una cosa, no quita la otra: “Inclusive, para mí es muy especial seguir siendo parte de los Paralímpicos. En Atenas, hubo 27.000 atletas. En Pekín, esa cifra creció. Y en Londres el nivel de participantes aumentará todavía más. En Londres, de las 2.000.000 de entradas disponibles, ya se vendieron 1.200.000. Yo sigo aprendiendo de los Paralímpicos y es muy especial competir allí. Yo no soy un corredor de Paralímpicos o de Olímpicos. Soy un corredor. Y corro lo mejor que puedo. Si gano una carrera y mi rendimiento no es bueno, no me quedo contento. Si salgo octavo pero siento que mi desempeño fue bueno, estoy contento”.

-Lo que en el fútbol argentino decimos: ganar jugando bien.

-Je, je, sí, soy de esa escuela. Para mí no es tanto si llego a las finales o a las semis, sino cómo termino. En el 2010 mi ránking fue 17º en el mundo. Este año pude estar 16º, mejoré mi puesto. Competí en semifinales y terminé octavo. Si en una semifinal termino quinto o cuarto, excelente. Todos los años quiero crecer, no retroceder.

-Justamente, el fútbol también te gusta bastante. ¿Qué sabés del fútbol argentino?

-Fuí a ver algunos juegos en el Mundial de Sudáfrica con un amigo. Ahora que estoy de paso en Uruguay, no es una selección que me traiga buenos recuerdos, je (NdeR:Compartió zona con Sudáfrica y la eliminó en primera ronda). Tan cierto como que nosotros clasificamos por ser los anfitriones. Pero es increíble la evolución que está teniendo el fútbol en estas partes. Sus jugadores dominan las grandes ligas de Europa. Bueno, Messi. ¡Guau! ¡Cuánto talento y habilidad para controlar la pelota! Soy un gran fanático suyo. Me gusta el fútbol bien jugado y el Barcelona lo hace muy bien. Pero en sí, ahora Los Pumas van a jugar el Cuatro Naciones y es increíble cómo ha evolucionado su juego. Tal vez este año no presente un equipo a la altura, pero en cuatro o cinco años, con la experiencia que adquiera, hará un mejor papel. No podés ser el Nº1 sin preparación, trabajo duro y competencia contra los mejores. Ese es mi lema.

PUNTA DEL ESTE (ENVIADO)

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