MÉXICO: ¡Hay que dar pasos gigantes aunque no tengamos las piernas!

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 oem.com.mx – EL ganador de dos Premios Nacionales de Deportes por sus resultados en pruebas atléticas, Aarón Gordián, persigue otra ilusión inspirado en el ex piloto de Fórmula Uno, el italiano Alex Zanardi, campeón en el ciclismo impulsado con las manos, durante los pasados Juegos Paralímpicos de Londres 2012.

Tras ocupar el segundo lugar en la prueba contrarreloj de los XXIX Juegos Nacionales Deportivos sobre Silla de Ruedas, Gordián, padre de familia de tres hijos, confirmó que dará un giro en su vida deportiva, luego de meditar y practicar el «handcycling», durante los últimos cuatro años como una parte complementaria a su trabajo de maratón.

Esta idea nació desde el primer contacto que tuvo con el piloto que perdió las piernas, en un accidente durante una carrera de la Champ Car en Lausitzring, Alemania, en el 2001, en una maratón celebrada en Padua, Italia, selectivo para los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008.

Recuerda el veterano atleta que conserva más de 400 trofeos y medallas a lo largo de sus 30 años de carrera deportiva, el saludo y la fotografía que guarda con mucho aprecio de Zanardi en su casa:

«Tuvimos la suerte y el privilegio de conocer una gran celebridad que es Alex Zanardi reflejó lo que fueron cuatro de trabajo, desde aprender a mover una bicicleta y conseguir en poco tiempo lo que todo deportista anhela, la gloria deportiva».

Gordián es medallista de oro dentro de los Campeonas Mundiales de Atletismo celebrados en Edmonton, Canadá en el 2001 -el mismo año del accidente cercano a la muerte del piloto italiano-, y plata en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, como dos de sus resultados más importantes.

En el ciclismo ha tenido algunas competencias aisladas, pero en este ciclo lo ha tomado en serio con la idea de subir por primera vez a lo más alto del podio paralímpico que se le ha negado en siete versiones de los Juegos, desde su primera participación en Seúl ’88.

«En mi mente está practicar arduamente, yo sé que estoy en ese proceso todavía y ahora en los Juegos Nacionales quedé en el segundo lugar, pero estoy más cerca que más lejos. Yo voy a seguir trabajando muy fuerte para lograr esa meta en el 2016 dentro del ciclismo, y también, porqué no, en la maratón sobre silla de ruedas, entonces tengo un trabajo enorme, son metas que me he propuesto para un futuro y transmitirlo a las nuevas generaciones».

La bicicleta de Aarón tiene un atraso tecnológico por más de una década y pesa el doble de la que utilizó Zanardi, en Londres, fabricada por la marca de autos BMW y con un precio en el mercado de 400 mil pesos: «Me conformaría con una fabricada en Estados Unidos, es también muy buena, y hablamos de la mitad de esa cantidad. Yo voy a tocar puertas, tengo bastantes amigos para que me apoyen: ¡Hay que soñar en grande para también conseguirlo en grande!».

En el Autódromo de los Hermanos Rodríguez, a Gordián le ganó Alejandro Albor, triple medallista paralímpico y campeón mundial con la bandera de los Estados Unidos, además de ser el talón de Aquiles de Zanardi en las competencias internacionales, con la excepción de una ocasión que se impuso al «mexicano» -así se le conoce a Albor-, en España.

«Me siento muy fuerte, me siento muy bien; de hecho yo sé que las generaciones vienen y es un cambio, pero de todas maneras tengo experiencia, muchísimas ganas de seguirme conquistando a mí mismo; yo sé que no es fácil, pero tampoco será imposible, el camino es para todos».

Dentro del equipo de entrenadores y atletas que se orientaron al ciclismo están: Joel Espinoza, Alfonso Zaragoza y Fernando Gómez, quienes trabajan de la mano de Aarón, un deportista de profunda fe católica, admirador de Zanardi, el deportista que levantó su bicicleta al cruzar la meta en Londres con una sola mano: «el triunfo de oro en las manos», reiteró el atleta mexicano.

En Padua, conoció a un «señorón del deporte», se pregunta, porqué no en Río de Janeiro, quizá se quiera tomar una foto con él: «Todo se puede y si Alex lo logró a través de una discapacidad que conoció por un accidente; con su ejemplo porqué no soñar en grande como lo hizo él: ¡hay que dar pasos gigantes aunque no tengamos a veces las piernas!».

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