SALVADOR: Atletas paralímpicos de alto rendimiento triunfan en torneos internacionales

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Desde 1999, el deporte paralímpico ha luchado por convertirse en una organización reconocida por entidades nacionales e internacionales.

lapagina.com.sv – Los deportes paralímpicos son reconocidos internacionalmente y cuentan, incluso, con sus propios torneos mundiales, los cuales se celebran justo después de los Juegos Olímpicos, en el mismo país y, como sucedió en Londres, con una participación masiva de espectadores y atletas.

En El Salvador, los paralímpicos constituyen un movimiento que, poco a poco, ha conseguido superar numerosos obstáculos gracias a los esfuerzos de sus propios atletas. Uno de ellos es José Dimas Mazariego, un veterano del atletismo en silla de ruedas que se gana la vida conduciendo un taxi por San Salvador, mientras se prepara para los Juegos Panamericanos en Toronto 2015.

“Lo que más me gustaba antes era el fútbol. Empecé a los siete años y crecí con una pelota. Durante el conflicto armado me llamaban para jugar, en ese entonces estuve jugando un tiempo en el Atlético Marte y estuve en varios partidos de la liga mayor.

Desgraciadamente tuve un accidente y ya no pude jugar más. En el año 83 sufrí una lesión medular combatiendo en la guerra civil.

La lesión que sufrió José cuando tenía 19 años lo dejó en una silla de ruedas para toda la vida. Perdió su trabajo, su familia y amigos a consecuencia de su discapacidad. “Mi mamá lloraba al verme así –recuerda- pero yo le decía que íbamos a salir adelante”.

Ese mismo año, mientras asistía a rehabilitación, José conoció por casualidad el deporte paralímpico. Al poco tiempo había investigado sobre otros deportes que personas en su misma condición pueden practicar, como atletismo, levantamiento de pesas, natación o basquetbol. “Los hice todos, pero elegí el atletismo, ya que me encanta la velocidad” asegura.

Mientras pasan los años, el medallero de José ha crecido. Ha ganado medallas de plata y bronce en campeonatos Panamericanos; además logró ranquearse en la posición número 55 de 460 participantes provenientes de todo el mundo en la maratón mundial de Japón. Ha sido merecedor de dos Águilas Doradas (el máximo galardón al atleta salvadoreño que solía dar el Gobierno de El Salvador) y, más recientemente, ganó tres preseas de plata en los I Juegos Paracentroamericanos San José 2013.

“Para mí el deporte es vida -reflexiona- y significa salud, inclusión y desarrollo de la persona. Gracias al deporte he logrado cosas que, si yo hubiera sido una persona ‘buena de las piernas’ jamás habría conseguido. He visto culturas distintas y he conocido a gente increíble. Me encantaría que más jóvenes hicieran deporte; uno le da mantenimiento a su cuerpo, los riñones le funcionan mejor. Invito a jóvenes que quieren hacer un deporte y quieren rehabilitarse de una manera increíble que se acerquen a uno de estos deportes paralímpicos”.

Comité Paralímpico de El Salvador

Los obstáculos para los atletas con discapacidad van más allá de sus lesiones. Desde 1999, el deporte paralímpico ha luchado por convertirse en una organización reconocida por entidades nacionales e internacionales. El año pasado finalmente se conformó el Comité Paralímpico de El Salvador, presidido por Jorge Ochoa, atleta salvadoreño que sufrió una lesión cervical mientras jugaba fútbol.

“Desde los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, o incluso antes, autoridades internacionales le han preguntado a El Salvador dónde está la representación de atletas salvadoreños paralímpicos. Poco a poco hemos ido fundando asociaciones para deporte en silla de ruedas, deporte para personas ciegas, entre otras» explica Ochoa.

«Sin embargo, no fue sino hasta que Jaime Rodríguez, actual presidente del INDES, nos reconoció como atletas con necesidades urgentes” agrega.

Desde entonces, se han construido instalaciones en el país para que las personas discapacitadas puedan practicar deporte. Una de las reconstrucciones más importante es la Villa Cari, en Ayutuxtepeque, que cuenta con un complejo deportivo inclusivo.

Aunque las limitantes del deporte paralímpico siguen siendo evidentes, Jorge Ochoa reitera que la unión entre las federaciones deportivas y el Comité Paralímpico es clave para el desarrollo del deporte salvadoreño.

“La percepción de los salvadoreños es que somos gente que tiene que estar en las calles pidiendo; pero deben recordar que somos personas con la misma capacidad mental que cualquier otra. La gente con discapacidad física que está pidiendo en la calle es por la falta de oportunidades para el acceso a la educación que, lamentablemente, es una realidad en todos los rincones del país. No debemos andar pidiendo, nosotros también tenemos derecho a hacer deporte” explica.

En El Salvador se practican nueve deportes paralímpicos reconocidos por el Comité Paralímpico Internacional: atletismo, baloncesto en silla de ruedas, boccia, fútbol, goalball, levantamiento de potencia, tenis de mesa, natación y tenis en silla de ruedas.

Los deportistas han recurrido a ayuda de empresas privadas y cooperaciones extranjeros para desarrollar estas disciplinas. Como consecuencia a estas iniciativas, El Salvador logró participar en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 con Luis Morales, en la modalidad de atletismo.

Ochoa, quien además es miembro activo de la Asociación Salvadoreña de Deportistas en Silla de Ruedas (ASADESIR), reitera que todos estos deportes pueden ser practicados por cualquier persona con discapacidad. Los entrenamientos se realizan cada semana en el Gimnasio Nacional, el INDES, el estadio “Jorge Mágico González” y en la Villa Cari.

A lo largo de los años y a pesar de las pocas oportunidades, el deporte paralímpico salvadoreño ha apoyado a cientos de niños con diferentes discapacidades y ha ayudado a su rehabilitación. “Yo fui cuadripléjico, pero después de un proceso de exigencia logré mover las piernas. Se trata de exigirle al cuerpo el 100% como se hace cuando uno hace deporte, tal y como lo hace un atleta”, refiere Ochoa.

“Sabemos que hay dificultades de transporte y acceso, pero siempre buscamos programas de ayuda para desarrollar el deporte. Debemos promover la educación en cantones y en zonas donde estas personas no tienen oportunidad. Todos tenemos derecho a la recreación y a la educación por lo que no se debe abandonar a esta gente. El deporte desarrolla a un niño con discapacidad para convertirlo en una persona productiva y, además, nos da la oportunidad de ganar medallas y que se escuchen cosas buenas sobre El Salvador. No hay nada más gratificante escuchar a un padre de familia decir que la conducta y el ánimo de su niño ha mejorado gracias al deporte” puntualiza el deportista.

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