CE Sant Nicolau. Hito importante la de este fin de semana para el equipo de baloncesto en silla de ruedas en el Pabellón de la calle Jardín. Y es que, apenas coincidiendo con la presentación de todos los equipos que integran el Club Deportivo San Nicolau, se celebró el primer partido de pretemporada como locales de los sabadellenses, contra el CEM Hospitalet, el primer equipo con el que los granates se enfrentaron de manera oficial la temporada pasada.
A pesar de las buenas sensaciones de los partidos amistosos anteriores (Olot y Zaragoza), la responsabilidad de jugar en casa frente a un equipo experimentado como el Hospitalet convertía este partido en una buena evaluación inicial de cara al inminente inicio de temporada en la recién estrenada Primera Nacional.
Y así fue, el joven equipo grana, comenzaba el partido con un cinco inicial donde destacaba la presencia del joven jugador sabadellense de diecisiete años Carlos Molina, estudiante de la Escuela San Nicolau, que iniciaba su carrera como jugador de baloncesto en silla de ruedas la pasada temporada y que representa uno de los motivos por los que este club ha apostado por esta espectacular modalidad de baloncesto.
Los primeros minutos de juego fueron eléctricos por parte del equipo local con un juego de rápidas transiciones y defensa en toda la pista agresiva que sorprendía a un equipo visitante que se desarrolla mejor en dinámicas de partido mucho más lentas. Así lo interpretó el banquillo visitante, que con un parcial de 10-2 pedía tiempo muerto y juego pausado, para poder cambiar la dinámica de partido.
Con el oxígeno recuperado, los de Hospitalet jugaron con posesiones lentas en ataque que, acompañado de una defensa más intensa, provocaba errores demasiado fáciles del equipo local y llevaba la igualdad al marcador.
El segundo cuarto mantuvo una dinámica similar, con una pequeña diferencia: mientras el equipo local rotaba a sus jugadores de campo, el Hospitalet, mantenía su estructura de juego y alargaba los minutos de sus hombres importantes. En este cuarto otro joven de la casa debutaba esta temporada ante la afición grana, Carlos Estrada, jugador de dieciocho años con una lesión crónica en las rodillas que le impide jugar al baloncesto convencional y que, a pesar de no tener la lesión por minimal handicap ha podido disputar partidos amistosos con sus compañeros de entrenamiento con una clasificación funcional de cinco (copiando el modelo de otros países con participación en las ligas de jugadores sin discapacidad).
Aunque con una diferencia ajustada de tres puntos, las sensaciones en la pista eran positivas, ya que cuando el equipo se concentraba, conseguía desarrollar el juego dinámico y ordenado que se quiere transmitir desde el banquillo.
El descanso sirvió para ordenar un poco más las rotaciones y los roles, y con un nuevo impulso se reinició el tiempo de juego. El tercer cuarto se presentó como un punto de inflexión en el juego grana: la defensa presionante ajustada en las segundas ayudas y el juego colectivo con la omnipresencia ofensiva del Francisco Ordoño, el jugador con más experiencia del equipo, empezaban a producir una brecha en el marcador del todo insalvable para los jugadores de Serafin Mampel. Así, un parcial de 22-4 a favor de los locales daba pie a un último cuarto de transición, donde los dos entrenadores siguieron dando minutos a sus banquetas y convirtiendo el partido, en un buen momento de entrenamiento.
Finalmente, el resultado fue para el CE Sant Nicolau BCR 62-29. Una simple anécdota: tenemos claro que este año será un año de aprendizaje para todos los jugadores de la plantilla, y que los resultados del equipo en muchos casos vendrán condicionados por nuestra juventud.
Queremos seguir haciendo crecer el baloncesto en silla de ruedas en nuestra comarca, queremos seguir trabajando los valores del deporte, tenemos claro que el esfuerzo del día a día de todos los integrantes de este proyecto (jugadores, técnicos, junta directiva, padres…) nos llevarán a nuestro particular éxito competitivo, aunque no nos conformamos fácilmente
