Triatleta a ciegas

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Las barreras están ahí para romperlas y eso lo ejemplifica el catalán Daniel Llambrich, con una discapacidad visual superior al 80%

Río vivirá en 2016 el primer triatlón paralímpico y Daniel Llambrich trabaja muy duro para clasificarsesport.es – Los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro vivirán en 2016 el estreno del triatlón para discapacitados y el catalán Daniel Llambrich está trabajando muy duro para clasificarse. Nacido en L’Hospitalet el 14 de marzo de 1975, ha participado en cinco Juegos como nadador (ganó un bronce en Barcelona’92 y una plata en Atenas’04) y sufre una discapacidad visual superior al 90% como consecuencia del albinismo –ausencia congénita de pigmentación en los ojos, la piel y el pelo–.

Multicampeón mundial, europeo y español, Daniel Llambrich necesita ir sumando puntos para acercarse a su sueño y cuenta con la necesaria ayuda de su guía, el emeritense Jonathan Galán. “El guía es una de las cosas más complicadas con las que tiene que lidiar un discapacitado. Tiene que ser mejor que tú en las tres disciplinas –natación, ciclismo y carrera a pie– y tenemos que compaginar nuestra vida. Yo entreno tres días a la semana con Jonathan y los otros cuatro él me hace la planificación. Sí, entreno siete días”, afirma.

Pese a ser un gran nadador en piscina, para él lo más difícil son las aguas abiertas. “En el mar yo no veo nada y muchas veces salgo mareado. Ni sé dónde estoy, ni adónde voy, ni cuánto falta… y la verdad es que resulta muy angustioso”, afirma.

En cuanto al guía, Daniel nos explica cómo gestionan cada segmento. “El guía pilota el tándem y controla el pedaleo. Yo voy detrás y él me indica cuando hay una curva cerrada para que me incline hacia ese lado y ayude a girar la bici. Y me avisa cuando hay una subida fuerte. Yo voy mirando a su espalda o al suelo. No miro a la carretera, porque no puedo distinguir lo que viene”, dice.

“En la carrera llevamos una cuerda elástica cogida de la mano e intentamos hacer coincidir la brazada. Además, también me avisa cuando viene una curva muy cerrada. En el agua es más complicado, porque vamos atados por el muslo y cuesta más sincronizar la patada. Si él se aleja, la cuerda no me tira mucho, pero noto que tengo que ir hacia ese lado”, manifiesta el triatleta.

Para él, es “vital” que el deporte paralímpico se equipare “cada vez más” al olímpico. “No somos profesionales y tenemos que compaginarlo con el trabajo –es administrativo en una clínica de reproducción asistida y fecundación ‘in vitro’–”. “Doy las gracias Clínica Eugin, Tecnocasa, Patrimonia, Area Global Pain, Massi, Rudy Project, Zone3, Climar, Harboury, Weapon to Win, TriKoa, Víctor Esports, CN Montjuïc, Espai Bici, Grafi-K Nela, Cipsa, Turbo y a la ONCE. Y a mi club, el Fasttriatlon y a Albert Parreño, sin su ayuda no habría podido llegar hasta aquí”, concluye.

Su próxima prueba será el 17 de mayo en Yokohama, del circuito mundial de Paratriatlón. Después vendrá la de Besançon el 25-M y el Mundial de Duatlón el 31-M en Pontevedra. El 21 de junio participará en el Europeo de Triatlón de Kitzbühel, el 5 de julio en Iseo-Franciacorta en el circuito mundial y una doble cita en Edmonton: Mundial de Acualtón el 27 de agosto y Mundial de Triatlón el 30-A.

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