Alex Zanardi, el Ironman capaz de pilotar un Fórmula 1 sin piernas

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  • Alex Zanardi durante su participación en los Juegos Paralímpicos de Londres / GettyEl italiano acaba de completar una de las pruebas del Mundial de Ironman en menos de diez horas
  • Perdió las dos piernas en un terrible accidente en Alemania en el año 2001
  • Diseñó sus propias prótesis para competir con coches de carreras
  • Consiguió dos medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012

zoomnews.es – Hace unos días, el italiano Alex Zanardi reconocía en su perfil de Twitter (@lxznr) haberse emocionado al escuchar el You are an Ironman al llegar a la meta en Kona de una de las pruebas del campeonato del Mundo de este deporte. Era el atleta 272 de los 2.187 que tomaron la salida y acababa de nadar cuatro kilómetros, recorrido 180 a pedales y completado una marathon. Todo ello, sin piernas. Pero la historia de este super(medio)hombre empezó muy lejos de las aguas del Pacífico. Justamente el mismo año en el que debutó Michael Schumacher en la Fórmula 1.

Zanardi tenía 25 años cuando el 29 de septiembre de 1991 Eddie Jordan lo sentó en el monoplaza que había quedado libre en su box del circuito de Montmeló. Ganó Mansell, por delante de Prost, Patrese, Alesi y Senna. Schumacher acabó sexto, en la que fue su cuarta carrera en la Fórmula 1, y Zanardi terminó noveno después de haber tomado la salida desde la posición 20.

Pasaron dos años y otros tantos equipos más (Minardi en 1992 y Lotus en 1993) hasta conseguir su primer punto en la F1. Fue en Brasil, donde acabó sexto. Cinco meses después, en los entrenamientos libres en Spa-Francorchamps, Zanardi sufrió un brutal accidente en el que Senna tampoco tuvo tiempo de frenar y se salió de pista. Los médicos dijeron que había soportado un impacto 18 veces más fuerte del que normalmente supone un accidente mortal. Pero Alex había salido ileso.

En 1994 terminó su etapa en Lotus y cambió de aires. Se fue a hacer las Américas corriendo en la Champ Cart, donde ganó los campeonatos de 1997 y 1998. Esto le sirvió para que, en 1999, Frank Williams le volviese a dar un volante en la Fórmula 1, sin llegar a lograr unos resultados brillantes y dejando su asiento en el equipo británico a un joven Jenson Button. Ahí terminó la trayectoria de Alex Zanardi en la F1. Tras 41 Grandes Premios y aquel solitario punto en Interlagos, daba por concluido su periplo en la categoría reina con más penas que gloria.

Alex Tagliani se lo llevó por delante a Zanardi a 320 km/h. El choque destrozó la mitad delantera del monoplaza de Zanardi. Tuvieron que amputarle ambas piernas
En 2001 decidió volver a los monoplazas americanos. Faltaban seis carreras para el final del campeonato y la Champ Cart recorría en una breve gira de dos pruebas por Europa. Era el 15 de septiembre y Zanardi lideraba la carrera en el circuito alemán de Lausitz. Entró en boxes en la vuelta 141. Tras una parada algo errática, el italiano se incorporó a pista perdiendo el control de su coche. Patrick Carpentier logró esquivarle, pero su tocayo, el canadiense Alex Tagliani, se lo llevó por delante a más de 320 km/h. El choque destrozó la mitad delantera del monoplaza de Zanardi. La colisión no fue mortal en el acto por apenas 20 centímetros.

El italiano fue trasladado a la clínica Berlin-Marzahn en estado “extremadamente crítico”. Su corazón se paró en siete ocasiones y tuvieron que inducirle el coma. Llegaron a darle la extremaunción. Dos días después, su vida no corría peligro, y unos días más tarde, despertó del coma. Había perdido las dos piernas; tuvieron que amputárselas por encima de la rodilla. Recibió el alta el 30 de octubre.

Pero de aquella catástrofe hubo dos cosas que salieron intactas: su habilidad con el volante y su coraje. Volvió a Lausitz en 2003 y completó las trece vueltas que le faltaron para ganar aquella trágica carrera. Como él mismo cuenta en su página web, la gente esperaba una exhibición lenta; pero su tiempo por vuelta le habría clasificado quinto. Alcanzó los 311 km/h.

No solo no se rindió, sino que se rehabilitó por completo y diseño sus propias prótesis de titanio (consiguiendo importantes avances en esta materia a nivel mundial) para que éstas le permitiesen seguir conduciendo coches de carreras. Volvió a competir con turismos en 2003, con un BMW adaptado a su nueva condición. Tenía 37 años y acabó séptimo en la segunda manga disputada en Monza, ante su público. En 2005 logró en Alemania su primera victoria desde que solo conducía con las manos.

Volvió a competir con turismos en 2003, con un BMW adaptado a su nueva condición. En 2005 logró en Alemania su primera victoria desde que solo conducía con las manos
En 2006, BMW le volvió a dar la oportunidad de conducir un Fórmula 1 durante una exhibición en el circuito de Cheste. Dijo que su principal problema era tener que tomar las curvas solo con su mano derecha, mientras controlaba el acelerador con la izquierda; y afirmó, con la ironía y sinceridad de un héroe, lo siguiente: “Por supuesto, sé que no voy a conseguir un contrato con un equipo de Fórmula 1; no obstante, tener la oportunidad de conducir un monoplaza de nuevo es increíble”. Yo mismo pude ver con mis propios ojos como los mecánicos sacaban aquel medio cuerpo lleno de valor del monoplaza y lo colocaban sobre sus prótesis para salir andando del box ayudado por sus muletas. Impresionado y congelado por el respeto que sentí por aquella estampa y aquel hombre, fui incapaz de hacer una foto del momento exacto en el que lo sacaban en vilo del coche.

Alex Zanardi, ex piloto de F1, ha conseguido dos oros en los Juegos Paralímpicos de Londres, culminando una increible historia de superación personal. A buen seguro que todas las historias que hay detrás de los héroes que desfilaron por el estadio olímpico de Londres después de Usain Bolt, Michael Phelps o Kobe Bryant son igual o más duras (a la vez que emocionantes) que la de Alex Zanardi. Pero nadie habría podido predecir que las manos de este hombre, capaces de conducir a más de 300 km/h, le llevarían hasta el oro olímpico a golpe de pedal. Sin piernas.

Siguió compitiendo con turismos en las carreras del Mundial (WTCC) y ganó cuatro pruebas, amén de varios podios en las cinco temporadas que disputó, siempre corriendo para BMW.

Entre tanto, había diseñado sus propios karts de competición para jóvenes talentos del Campeonato del Mundo y descubrió que, además de sus virtudes al volante, tenía una resistencia física y mental soberbia montando en un triciclo adaptado a su minusvalía, en el que pedalea con las manos. En 2009 fue cuarto en la maratón de Nueva York de la categoría tras solo cuatro semanas de entrenamiento (prueba que acabó ganando en 2011). Ganó el de Venecia en 2009 y el de Roma en 2010 ,en esta última con un tiempo de 1 hora, 15 minutos y 53 segundos (la velocidad media fue superior a 34 km/h). En 2011 alcanzó el subcampeonato mundial de la categoría.

Fueron méritos más que suficientes para conseguir una plaza para los Juegos Paralímpicos de Londres 2012. Allí se hizo con la medalla de oro en contrarreloj y, unos días más tarde, en la prueba de ruta en los aledaños del circuito de Brands Hatch, un escenario en el que había corrido decenas de veces con los coches de carreras. El pasado invierno BMW le volvió a ofrecer uno de sus coches de carreras, y ha dicho en más de una ocasión que le gustaría correr las 500 Millas de Indianápolis. El 23 de octubre cumple 48 años y ahora ya tiene un diploma que dice que es un Ironman; aunque hace tiempo que es evidente que su cuerpo y su mente están hechos de algo aun más duro que el metal.

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