rionegro.com.ar – El deporte todo lo puede. Incluso hasta cuando las fuerzas son minadas por la desgracia. Para Andrea Bracamonte, aquel accidente automovilístico que casi le cuesta la vida y la dejó en una silla de ruedas a los 22 años, fue el disparador para entender que bajar los brazos sería renunciar a la vida.
«De chica hacía deporte, pero como cualquiera de manera recreativa. Había hecho artes marciales, y lo más serio unos intercolegiales de vóley. Cuando me accidenté, empecé a hacer natación para la rehabilitación, y ahí me invitaron a jugar al básquet. Y fui, y me gustó», rememora Andrea, que corre en Travesía mixtos B con Fabián García, para el Náutico La Pampa.
«Eso me ayudó a incorporar la silla de ruedas. La natación me daba la libertad de no estar en la silla, pero el básquet me ayudó a aceptarla. La vi como el elemento que necesito para la continuidad de mi cuerpo. Con la disciplina pude competir junto a la selección, y jugar el Sudamericano de Río de Janeiro el 2007 y Guadalajara en 2011», cuenta Andrea, que está disputando por segunda vez (la primera en 2013) la regata más larga del mundo.
«Con el canotaje comencé en el 2009. A través de un periodista de esta provincia, conocí la Regata. Fue en un torneo de básquet y desde ahí mi sueño fue poder correr en este río que es hermoso. Con Fabián García nos conocimos por internet, y entrenamos por separado. La primera vez que nos vimos fue antes de la largada en el 2013 en Neuquén, y ahí nomás salimos a remar», recuerda Bracamonte, quien forma parte de la selección nacional de remo adaptado.
«En algún momento tendré que decidirme: remo o canotaje. Es que tengo posibilidades de ir a los Paralímpicos de Río en 2016 con la selección de remo adaptado. Claro que está primero el Sudamericano primero en abril y un mundial en agosto, donde se dar ocho plazas para Río», cuenta Andrea que compite en single scull. «Es una embarcación que lleva respaldo y flotadores. En la regata, como estoy con mi compañero, él me sirve de equilibrio y corremos en una travesía que es bastante estable», apuntó.
«¿Por qué vengo acá? El motivo por el que estoy aquí es sólo por el río. Estoy enamorada de este río. Su ruido, el olor… los silencios. Con mi compañero prácticamente no hablamos durante el trayecto. Tengo el privilegio de conocer la provincia a través de río, casi no conozco las ciudades. Eso es maravilloso para mí».
