Cuatro medallistas examinan a España en los Juegos de Río

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David Casinos, José Manuel Ruiz, Gerard Descarrega y Alfonso Cabello valoran la actuación española

El País

El equipo paralímpico cerró los Juegos de Río con un botín de 31 medallas, 11 menos que en Londres 2012. Nueve oros, 14 platas y ocho bronces dejan a España a solo un puesto del top 10 paralímpico. Cuatro de los deportistas que subieron al podio valoran para EL PAÍS la participación de la expedición española en los Juegos más concurridos de la historia, con 176 países participantes y 4.500 atletas inscritos.

Entre los veteranos, dos estrellas indiscutibles del equipo paralímpico: el atleta David Casinos y el abanderado de la expedición, el palista José Manuel Ruiz. Entre los más jóvenes, el ciclista Alfonso Cabello y el atleta Gerard Descarrega. Ninguno rehúye la autocrítica y coinciden en demandar más apoyos para mantener a España entre los países de referencia en el deporte paralímpico.

La edad media del equipo que compitió en Río roza los 33 años, “más alta que nunca”, según Alberto Jofre, director del Comité Paralímpico Español. Sin embargo, el promedio de edad de los deportistas que lograron medalla en categoría individual no supera los 28 años. “Es la prueba”, dijo Jofre, “que demuestra que esa renovación del equipo ya da frutos en la competición”.

Los atletas españoles subieron al cajón de Río en 31 ocasiones, aunque por décimas se escaparon un buen puñado de metales. Una colección de cuartos puestos y 101 diplomas paralímpicos completan el palmarés de los 127 deportistas que defendieron los colores de España en la capital carioca.

David Casinos, de 44 años, está considerado el mejor lanzador ciego de la historia. Desde su debut en Sídney, sus citas olímpicas se cuentan por medallas. En su opinión, España ha hecho un buen trabajo en Río, a pesar de obtener 11 metales menos que en Londres. “El deporte paralímpico cada vez está más profesionalizado. Siempre se puede hacer mejor, pero la competencia es feroz y hay que poner en valor cada medalla conseguida”, argumenta.

Y aporta una reflexión interesante. “En otros países, los deportistas paralímpicos son estrellas, cuentan con grandes recursos y un apoyo sólido al deporte de base, la cantera de futuros campeones. Ese el camino que debemos recorrer. Para lograr medallas necesitamos deportistas en las finales. Ese esfuerzo también hay que premiarlo”.

Casinos, con cinco Juegos en su palmarés, cree que el relevo generacional en el seno del equipo es un proceso natural que ya está en marcha. “Sólo hay que ver el número de metales que han logrado los más jóvenes”. No obstante, reclama atención a las “leyendas” paralímpicas. “Es muy difícil sumar medallas juegos tras juegos compitiendo con rivales muy jóvenes y bien preparados”.

José Manuel Ruiz, número 4 del mundo en tenis de mesa, suma seis Juegos consecutivos. A sus 38 años, es el deportista español en activo con más citas olímpicas en su haber. El abanderado del equipo en Río asegura que el resultado global ha sido bueno, pero reconoce que el número de medallas disminuye en cada cita paralímpica.

“La mayoría de los países que están por encima de España en el medallero realizan mayores inversiones en el deporte paralímpico, tanto en formación como en becas y premios. Cuentan con una estructura deportiva y profesional muy potente que se refleja en la competición”, explicó.

A su juicio, la edad media del equipo no fue una rémora para su rendimiento. “Hemos compaginado bien veteranía y juventud. Muchos de nuestros medallistas han subido al podio en sus primeros juegos. Y los más veteranos fueron a Río porque lograron las marcas mínimas, así que reconocimiento para ellos y nada que reprochar”.

El atleta ciego Gerard Descarrega y su guía, Marcos Blanquiño, lograron para España la medalla de oro en los 400 metros lisos. Individualmente no se puede aspirar a más. En cuanto a la actuación conjunta del equipo, el joven tarraconense de 22 años califica de notable el rendimiento del grupo.

“Hemos tenido una buena actuación. Partimos con unas estimaciones iniciales de medallas algo elevadas, pero en la competición influyen multitud de factores difíciles de prever. El resultado en su conjunto es satisfactorio”, apuntó.

Descarrega aporta otra razón que podría explicar la elevada edad media de la expedición española en Río. Hay disciplinas paralímpicas que, en función de las categorías de competición, permiten rendir a alto nivel con edades más elevadas. “No se puede arrinconar la experiencia, aunque los jóvenes estamos pegando fuerte”, añadió.

El ciclista Alfonso Cabello, de 23 años, vuelve de Río con dos bronces. Subió al podio en la prueba individual del kilómetro en pista y logró el tercer puesto en velocidad por equipos, junto a Amador Granados y Eduardo Santas. “Cada medalla es un triunfo muy sufrido, pero los números hablan solos. Lograr 11 medallas menos nos obliga a todos a trabajar mucho más para mantener el nivel del España”, declaró.

Cabello echa en falta “un poco más” de inversión en el deporte paralímpico. “Ya la hay, pero es insuficiente para estar en los primeros puestos del medallero”. El ciclista asegura que España cuenta con deportistas de muy alto nivel que sólo necesitan “que se apueste firmemente por ellos”.

El deportista cordobés recuerda que la natación y el atletismo tienen programas específicos de jóvenes promesas financiados por patrocinadores privados. “Es un buen modelo que debería extenderse al resto de los deportes paralímpicos para fortalecer al equipo en su conjunto”.

Apagada la llama olímpica, los deportistas españoles reclaman que no se apague el foco mediático. Seguirán compitiendo en campeonatos de España, Europa y del Mundo en busca de marcas mínimas que estampar en el pasaporte a Tokio 2020.

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