Gabriel Amado, Aythami Santana y Álex Vidal acuden con el objetivo de colgarse una medalla y acumular puntos de cara a los Juegos Paralímpicos.
Jesús Ortiz /dxtadaptado.com
Tokio será la sede paralímpica en la que tendrá su debut el parataekwondo y el equipo español ya ha iniciado su camino en busca del billete para la cita japonesa en 2020. España cuenta con Gabriel Amado, Aythami Santana y Álex Vidal como máximas referencias, tres deportistas que con perseverancia, tesón y patadas de superación se han convertido en guerreros del tatami y de la vida. El Mundial de Londres será la siguiente parada que afrontarán con el objetivo de colgarse una medalla y acumular puntos de cara al ránking para los Juegos Paralímpicos.
Álex Vidal es pionero de esta disciplina en España, ha sido tres veces campeón del mundo y cuenta con varias medallas europeas. Con apenas 9 meses le detectaron polirradioculoneuritis, una enfermedad vírica cuyas altas fiebres le afectaron a la médula espinal en la zona cervical. No puede cerrar ni abrir las manos y levantar los brazos sólo un ángulo de 20 grados.
Tras recibir el alta médica, con 18 años vistió su primer dobok al apuntarse al gimnasio Natural Sport Videlgi, de Ribeira (A Coruña), donde empezó a ganar en musculatura y movilidad. «Fui a una clase de taekwondo a probar y me enganchó. Lo que más me gustó fue que me trataron como a uno más, aunque el primer día me dieron una paliza (risas)», relata.
Compitió con gente sin discapacidad siendo dos veces subcampeón de Galicia, hasta que surgió el parataekwondo en 2009 y desde entonces siempre soñó con representar a España en unos Juegos. «Aunque no sabemos aún si mi categoría K43 -61 kilos estará incluida, me estoy preparando para ello. Sería un sueño estar allí, voy a gastar todos mis cartuchos, si hace falta me cambio de categoría, pero quiero ponerle la guinda al pastel de mi carrera con un podio en Tokio», añade.
En Londres peleará por su cuarto título Mundial: «El objetivo es lograr el oro o como mínimo traerme una medalla y sumar puntos para mantenerme entre los mejores del ránking. Será difícil porque cada vez la exigencia es mayor. Al tener los brazos bastante laxos para bloquear, mi arma es la velocidad y explosividad de movimientos, tengo buenos reflejos y lo que hago es esquivar los golpes y soltar la patada».
En busca del cuarto oro
Aythami Santana también cuenta en su palmarés con una triple corona mundial en la categoría K44 -61 kilos y ha sido dos veces campeón de Europa. En el último campeonato del mundo en 2015 fue bronce y llega a Londres en su mejor momento. «La aspiración es máxima, voy a por el oro como ya he conseguido en otras ocasiones. Si gano tendría casi el billete para Tokio 2020 porque el oro suma 100 puntos y sería un paso importante», asegura.
Acumula un palmarés excelso sobre el tatami y no se pone límites cada vez que sale a competir. «Voy con humildad y con mentalidad positiva. Siempre intento lograr un buen resultado y, si no, al menos dejarme el alma en el tatami, no solo por mí sino también por la gente que me apoya. Ellos me dan ese plus que me anima a darlo todo en los peores momentos. La clave para ganar estará en moverme mucho y en provocar que mi adversario pierda confianza», explica.
El canario nació con hemimelia parcial, le falta la mitad del brazo izquierdo, pero eso no le ha supuesto ninguna barrera. Su pasión por el taekwondo llegó cuando tenía 6 años, deporte que le ha enseñado «la capacidad de ser suficiente y de superarme. Desde pequeño trato de demostrarme que no tengo techo, las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos», recalca el joven.
Estudiante de 3º de Ingeniería Electrónica y cinturón negro tercer Dan, su objetivo es llegar a los Juegos Paralímpicos, pero tampoco se obsesiona. «Mi padre, que jugó en Primera División en fútbol sala y mi entrenador, Rafael Alcázar, son los que me repiten cada día que tengo que estar en Tokio, pero prefiero ponerme metas a corto plazo. Los Juegos es lo máximo para un deportista, para ello estamos construyendo cada día el camino y una vez que esté clasificado, iré a ganar», apostilla.
Una filosofía de vida
Otro veterano del equipo español es Gabriel Amado (K44 -74 kilos), que en Londres disputará su séptimo Mundial. En 2009 descubrió que iba a celebrarse el primer campeonato del mundo y se puso en contacto con la Federación Española. «Debuté con un podio, una plata que hasta la fecha ha sido la medalla más especial», reconoce. Después llegaron tres metales más: plata y bronce en otros dos mundiales y un bronce en un Europeo. «Se me resiste el oro», lamenta.
El taekwondo se ha convertido en su filosofía de vida desde que dio sus primeras patadas con 15 años. «Cuando lo probé ya no pude dejarlo, me atrapó desde el primer día. Ya llevo 20 años y no puedo estar un día sin practicarlo. Lo que más me ha enseñado ha sido el respeto hacia la gente», relata. Con 12 años le amputaron el brazo derecho por debajo del codo: «Fue con una máquina de prensar cartones en la empresa de mis padres. Pero nunca ha sido un obstáculo en mi día a día ni en el deporte, he hecho todo lo que he querido».
Entrena con gente sin discapacidad y tiene su propio club en Navalmoral de la Mata (Cáceres), en el que da clases a unas 250 personas. «Entre ellos hay un niño al que le falta una mano y me identifico con él. Trato de inculcarles la idea de que si quieren conseguir algo en la vida, no hay barreras que nos lo impidan, hay que salir a luchar por ello», subraya.
Sus alumnos le han pedido una nueva presea: «Ojalá la consiga. El objetivo es sumar el máximo de puntos posibles para la clasificación de Tokio 2020 y si es con una medalla al cuello mucho mejor». Amado confía en «evitar a los cabezas de serie en la primera fase para tener más opciones. Luego, en combate trato de no esperar a que ataque el rival, busco sorprenderle y anticiparme a sus movimientos. Y estar tranquilo, con nervios de acero».
Taekwondo, menos de tres años para ser deporte paralímpico
En los Juegos de Tokio 2020, el taekwondo celebrará seis eventos con medalla, todos ellos para la clase K44: menos de 61, menos de 75 y más de 75 kilos masculinos y menos de 49, menos de 58 y más de 58 kilos femeninos. En estas pruebas también podrán participar los deportistas de la clase K43 que logren la clasificación. Desde que se anunció su inclusión en los Juegos Paralímpicos en 2015, este deporte ha experimentado un crecimiento espectacular por todo el mundo.
El taekwondo paralímpico engloba a deportistas con discapacidad física y parálisis cerebral de afectación leve—media y se dividen en cuatro clases, de la k41 a la k44, en función de su grado de afectación. A su vez, también hay división en función del peso corporal, igual que en las competiciones de personas sin discapacidad.
La principal diferencia que existe en el taekwondo paralímpico es que no está permitido golpear en la cabeza, ya que todos los participantes tienen discapacidad en uno o ambos brazos y no pueden cubrirse. Además, hay una categoría de peso menos que en las competiciones olímpicas.