Simón Cruz, ambición y tesón entre volantes y raquetas

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El jugador jienense es la gran referencia española del parabádminton, cuenta con un gran palmarés y ahora peleará por una medalla en el Mundial de Corea del Sur. 

Jesús Ortiz / dxtadaptado.com

Un grave accidente laboral con 22 años cambió la vida de Simón Cruz, que se agarró al deporte para superar el duro golpe. Desde 2007 se convirtió en el abanderado español del bádminton adaptado, en el que ha conquistado siete medallas en los campeonatos de Europa (un oro, tres platas y tres bronces) y una plata en un Mundial. Ahora pelea con ambición entre volantes y raquetas para llegar a Tokio 2020, donde esta disciplina debutará en unos Juegos Paralímpicos.

Un reto arduo pero al alcance del jienense, que irradia positivismo y ambición y que se crece ante las adversidades. Lo hizo en 1999 cuando un molino de orujo le dañó la pierna izquierda, la cual tuvieron que amputarle por encima de la rodilla. «Era consciente de lo que me había ocurrido, llegué a pensar que iba a morir. Fue un palo y tuve altibajos, pero salí muy reforzado del hospital. El deporte ha sido clave en mi recuperación, con una sola pierna hago cosas que jamás hubiese imaginado antes», relata.

Antes del accidente practicaba fútbol sala, tenis de mesa y balonmano y después se inició en la natación. «Tenía alergia al polen del olivo y viviendo en Jaén lo pasaba muy mal, así que tuve que dejar la piscina», agrega. Hasta que descubrió por casualidad el bádminton: «Me enganchó desde el primer momento que cogí la raqueta, al día siguiente quería volver a jugar y ya solo pensaba en este deporte, que se ha convertido en mi pasión».

Cruz compite en la categoría SL3 y juega con una prótesis de carbono en la rodilla. «Llevo un año con ella, son parecidas a las que usan en  atletismo, en forma de ballesta. Antes jugaba con una muy pesada, ahora tengo una más ligera que me da mayor impulso, algo importante en un deporte con movimientos muy explosivos», explica.

Con los mejores en el Mundial

El iliturgitano, que figura en el número ocho del ranking mundial, afronta un nuevo desafío del 23 al 26 de noviembre, el campeonato del mundo en Corea del Sur. «Llego muy bien, la preparación ha sido dura y estoy con ganas y muy ilusionado para afrontar mi sexto Mundial. Será una competición complicada porque están los mejores y en mi categoría el nivel es cada vez superior», apunta.

El jugador español ya sabe lo que es ganar una presea mundial, lo hizo en 2011 en Guatemala con una plata y en territorio asiático buscará sumar otro metal a su palmarés. «Tengo más opciones de medalla en la prueba de dobles con el alemán Marcel Adams, somos subcampeones de Europa. En individual es muy difícil, pero nunca tiro la toalla y en mi cabeza siempre está la idea de luchar por subir al podio. Debo creer en que puedo conseguir medalla», subraya.

El jienense, que se identifica con Carolina Marín y con Rafa Nadal «por ser deportistas guerreros que no dan un punto por perdido», se considera un jugador «que jamás se rinde pese a estar en desventaja en el marcador, tengo mucho convencimiento en lo que hago. No destaco en ninguna faceta del juego, no soy el más fuerte ni el que más talento tiene, pero trato de ser el más competitivo y creer en que nada es imposible».

A Simón Cruz le queda un sueño por cumplir, estar en los Juegos Paralímpicos. «Cada vez que me hablan de Tokio 2020 se me eriza la piel. Para esa fecha tendría 44 años y soy consciente de que es mi única oportunidad para representar a España en unos Juegos, así que voy a pelear estos tres años para clasificarme y vivir esa experiencia. Sería una forma bonita de ponerle la guinda a mi carrera deportiva», apostilla.

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