Deporte escolar al alcance de cualquier discapacidad

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Una de las seis escuelas de deporte de Madrid que este año han desarrollado clases específicas para estudiantes con algún tipo de discapacidad a través de la Fundación Deporte Integra. Dani Duch

lavanguardia.com – Las asociaciones de discapacitados llevan años trabajando por la integración real de este colectivo en la sociedad. Pero, los avances son lentos –»mucho», enfatizan desde el Comité Español de Representantes de Minusválidos (Cermi)–, sobre todo en momentos de crisis en los que las demandas sociales, salvo en los colegios, tardan en materializarse.

Al menos, en teoría, ya que, como señalan desde el Cermi, incluso en el mundo escolar la integración tampoco ha sido completa. Los niños discapacitados tienen garantizada su asistencia a todas las clases, excepto a la de Educación Física, «a consecuencia, precisamente de su discapacidad. A esa hora, los pequeños son apartados del resto de sus compañeros, con lo que se les impide completar su desarrollo educativo», señala Enrique Álvarez, responsable de la Fundación Deporte Integra. «Si todos estamos de acuerdo en las bondades –añade– del deporte en la infancia, no podemos dejar a una parte de los niños sin ellas porque tienen alguna discapacidad. El deporte es bueno para todos».

Y con el objetivo de acercar el deporte a los escolares discapacitados nació esta fundación, que en tan sólo un año ha conseguido que casi 150 menores de entre 3 y 12 años puedan hacer deporte. Eso sí, fuera de su horario escolar. En total se han puesto en marcha este curso nueve escuelas de deporte adaptado (dos en Catalunya, donde han participado 60 niños; seis en Madrid y otra en Castilla y León). Y la idea es ir ampliando el número a medida que los ayuntamientos se vayan sumando a la iniciativa.

«Nos facilitan de manera gratuita los espacios deportivos, lo que permite por unos 20 euros al año recibir clases extraescolares de hora y media dos días a la semana», señala Álvarez.

La Fundación Deporte Integra acoge en su seno a cualquier niño discapacitado, sea cual sea el grado de la minusvalía. Y en función de ello y de las disponibilidades de pabellones y polideportivos, los menores practican natación (principal deporte de los niños de Sabadell y Barcelona), baloncesto en silla de ruedas y boccia, un deporte paralímpico parecido a la petanca, cuya práctica está destinada a deportistas con discapacidades totales o parciales en sus extremidades.

«Lo importante es meterles el gusanillo por el deporte, algo fundamental para que lleven una vida lo más sana posible. Y no nos referimos sólo al lado físico, también al psíquico y social. El deporte permite a estos niños conocer a otras personas, enfrentarse a desafíos que les ayudarán mucho en el futuro, en su vida adulta», señala Álvarez, quien reconoce que el mayor problema al que a veces se enfrentan son los propios padres. «Todos intentamos proteger a nuestros hijos y, en estos casos, mucho más. Pero, en ocasiones, esa protección impide al niño desarrollar una serie de habilidades que le facilite la integración… Mi consejo a los padres es ‘no protejáis tanto a vuestros hijos, os asombrarán de lo que son capaces de hacer'».

El trabajo de esta fundación no sólo se centra en los niños, sino también en los profesores de educación física, que son, junto con los directores de los centros escolares, los que deciden la integración de los alumnos discapacitados en esta asignatura. En este caso, el éxito ha sido menor. De hecho, sólo ha habido un profesor de un colegio de Torrejón de Ardoz (Madrid) que «ha entendido que la integración es posible, además de muy positiva para todos los alumnos. Es la forma para acabar con la discriminación que sufre este colectivo», concluye Álvarez.

Más de 115.000 menores
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número total de personas con discapacidad en España asciende a 3.528.221 (un 9% de la población). En lo que se refiere a los discapacitados menores de 16 años, el número total supera los 115.000, siendo las tasas de prevalencia del 22% en los menores de 6 años; el 19% de entre 6 a 9 años y el 15%, de entre 10 a 15 años. De estos datos se desprende que casi 50.000 niños menores de 6 años tienen limitaciones que han causado o pueden causar una discapacidad. De las limitaciones más frecuentes en los menores de 6 años, según el INE, destacan las dificultades para caminar y la presencia de debilidad o rigidez en las piernas, que afectan a más de 11.000 niños; la imposibilidad de hacer las cosas como los demás niños, que afecta a más de 14.000 niños; las dificultades para hablar, que afectan a más de 13.000 niños con más de tres años; las dificultades para ver (más de 8.000), y las dificultades para oír (más de 5.000)

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