Treinta años de vida, un presente complicado y un futuro incierto

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Prensa Club Amfiv

Prensa Club Amfiv. Rafa, Oswaldo, Carlos, Pablo, Paco, Tino y Corrales emprendieron en el año 1982 un ambicioso proyecto para conseguir la integración social del discapacitado físico. Así nació la primera asociación de este tipo en la provincia intentando llenar un vacío absoluto. Fue el origen de la Asociación de Minusválidos Físicos de Pontevedra (Amfip), el germen de lo que hoy en día es el Club Amfiv. La entidad abarcaba en sus inicios diferentes ámbitos, aunque centrándose sobre todo en la cultura, la educación y el deporte, dedicándose ya desde sus primeros años de vida a realizar exhibiciones en los distintos pueblos de la provincia para mostrar a la gente que los discapacitados también pueden practicar deporte.

La excelente acogida de estas iniciativas y la demanda cada vez mayor por parte de los propios discapacitados para poder realizar diferentes modalidades deportivas motivó que muy pronto se optase por crear un club propio. De este modo, José Carlos González Castro y Pablo Beiro, pusieron en marcha el Club Amfiv bajo el lema: “A la integración a través del deporte”. Una premisa que hoy, treinta años después y con tres subcampeonatos de Europa, un subcampeonato de la Copa del Rey y un tercer puesto en la División de Honor de baloncesto en silla de ruedas en las vitrinas de la entidad, permanece totalmente intacta. Porque en todos estos años el Amfiv nunca ha perdido de vista que su principal objetivo es eliminar barreras y lograr la integración social plena del discapacitado, utilizando el deporte como arma para conseguirlo. Una labor que continúa hoy en día con visitas semanales a centros educativos de la zona de Vigo y su área de influencia para permitir conocer a los jóvenes estudiantes de primera mano las dificultades a las que cada día se enfrentan los discapacitados y, además, ofrecerlas la posibilidad de vivir en primera persona la inolvidable experiencia de jugar al baloncesto desde una silla de ruedas.

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A lo largo de su historia, el Amfiv ha dispuesto de cinco modalidades deportivas, adaptándose a las peticiones, inquietudes y solicitudes de sus deportistas. Tenis de mesa, Tiro Olímpico y Atletismo han desaparecido con el paso de los años ante la falta de demanda, mientras que Natación se mantiene en las Escuelas Deportivas. La sección más fuerte y conocida, sin ningún tipo de dudas, es la de Baloncesto en Silla de Ruedas, que la próxima temporada cumplirá su undécima campaña de forma consecutiva en la máxima categoría nacional, la División de Honor.

Porque ya desde los inicios del Amfiv, el baloncesto adaptado tuvo mucho tirón entre los discapacitados. Desde muy pronto, Carlos, Pablo, Paco, Corrales, Rafa, Camiña y Pepe, los primeros jugadores del club, tuvieron que compaginar las exhibiciones y visitas a los pueblos con sus encuentros en la Tercera División. No se tardó demasiado en alcanzar la elite, aunque sólo para rozarla con la punta de los dedos, sin llegar a poder saborearla plenamente ya que en la temporada 1987-88, el Amfiv lograba por primera vez en su historia ascender a la División de Honor. Las enormes limitaciones económicas, compensadas en parte por el impagable y desinteresado esfuerzo de personas como Manolo Veiga que hicieron posible el sueño, provocaron que fuera una experiencia efímera, descendiendo al año siguiente. Y hubo que esperar a la campaña 2001-2002 para que el conjunto vigués regresase a la máxima categoría nacional, aunque, esta vez sí, para quedarse y para brillar no sólo en España sino también en Europa.

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En sus treinta años de vida, el Amfiv ha visto también como varios de sus integrantes lograban incluso cumplir el máximo sueño al que aspira cualquier deportista: acudir a unos Juegos Olímpicos. Así, Pablo Beiro (Baloncesto y Tiro Olímpico Carabina 3×60), José Manuel Abal (Atletismo) y Pablo Cimadevila y Sebastián Rodríguez “Chano” (Natación) representaron al Amfiv en diversos Juegos Paralímpicos, una nómina a la que en breve podrían añadirse Bernabé Costas y David Mouriz, así como Agustín Alejos, vigués formado en las escuelas del Amfiv aunque actualmente en el Pádova italiano, los tres preseleccionados para acudir con España a Londres’2012. A las puertas de esa cita se quedó Vicky Alonso y la selección nacional femenina, que no pudieron lograr su clasificación para los Juegos en el pasado Campeonato Europeo, aunque la jugadora viguesa tuvo al menos el consuelo y el indudable honor de proclamarse máxima anotadora de ese torneo.

En la historia del Amfiv hay una fecha importantísima para entender lo que significa y representa actualmente el club dentro del deporte vigués. Se trata del año 2000, momento en el que se ponen en funcionamiento las Escuelas Deportivas de la entidad, coordinadas por el ex jugador del equipo Antonio Riveiro y que año tras año no han parado de crecer hasta contar en la actualidad con cerca de cincuenta alumnos entre las modalidades de baloncesto y natación. De esas escuelas han salido varios de los actuales integrantes de la primera plantilla del Amfiv como Julio Vilas, Vicky Alonso o Berni Costas y otros como Agustín Alejos, que ahora defiende la camiseta del Pádova Millenium transalpino. Siguiendo sus pasos, esta misma campaña otros tres jugadores –José Ramón, Luismi y Samuel- se han incorporado a la rutina de la primera plantilla. No serán los últimos. Otros como Brais, Carlos o los jovencísimos Nico y Uxía trabajarán durante el verano con los mayores y puede que alguno de ellos pueda subir también en un futuro no muy lejano al primera equipo.

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Esta temporada tocaba disfrutar del treinta aniversario de un sueño que empieza a ver sus frutos pero que todavía tiene un largo camino por delante para lograr la integración plena del discapacitado. Tocaba hacerlo a lo grande, con la celebración en Vigo de la Fase Final de la Copa André Vergauwen, la segunda competición europea más importante del baloncesto adaptado. Sin embargo, la complicada situación económica global ha provocado que el club perdiese o viese disminuidos drásticamente sus principales sustentos económicos dificultando enormemente su presente y dejando en el aire el futuro tanto del primer equipo como de las escuelas deportivas.

La primera medida, ante la falta de un compromiso serio por parte del Concello de Vigo y la reducción de su subvención en un cincuenta por ciento y la ausencia total de noticias por parte de la Fundación Vigo en Deporte, fue renunciar a la organización de la Copa André Vergauwen para concentrar los escasos recursos económicos del club en finalizar la temporada. Porque Aldasa, el principal patrocinador del Amfiv, también redujo sustancialmente su aportación a la entidad y Caixanova, después de su fusión con Caixagalicia y la creación de Novagalicia Banco, dejó de ser el sostén de las Escuelas Deportivas retirando todo apoyo económico al club.

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Con este panorama, la perspectiva de no contar con el patrocinio de Aldasa la próxima temporada y los ingresos reducidos en un sesenta por ciento, el presente del Amfiv es muy complicado y su futuro pasa por poder encontrar el respaldo de un nuevo esponsor que cubra el importantísimo hueco dejado por esas aportaciones tanto públicas como privadas y que permita garantizar la viabilidad económica del proyecto y la supervivencia tanto del primer equipo como de unas escuelas deportivas en las que participan más de cincuenta niños discapacitados.

“Vivimos un momento de profunda tristeza cuando deberíamos estar festejando nuestros treinta años de vida”, explica Pablo Beiro, eterno presidente del Amfiv, molesto por ver cómo el sueño por el que tanto él como José Carlos Castro y otras muchas personas han luchado tanto a lo largo de estos años puede llegar a su fin. “No hablamos de unas cantidades desorbitadas. Contamos con muchísimos jugadores de la casa, a los que casi les cuesta dinero de su bolsillo practicar deporte, y nuestro presupuesto no es muy elevado pero en la actualidad parece prácticamente imposible encontrar un patrocinador privado que realice esa aportación y las instituciones públicas reducen cada vez más la suya. Por eso, estamos llegando a un punto en el que la situación es insostenible. Nosotros somos un club serio. En estos treinta años siempre hemos cumplido lo pactado con jugadores y proveedores a raja tabla y así va a seguir siendo. Si no contamos con el presupuesto cubierto, sintiéndolo muchísimo y con un terrible dolor de corazón celebraremos nuestro treinta aniversario con la desaparición del Amfiv”, subraya Beiro.

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Eso sí, el máximo responsable de la entidad se compromete personalmente a dar continuidad a las escuelas deportivas, independientemente de lo que suceda con el club. “No vamos a permitir nunca que esos más de cincuenta niños se queden sin la única oportunidad que tienen para hacer deporte. Ya es bastante triste que nuestra escuela se limite exclusivamente a un día por semana como para que aún encima todos esos chicos y chicas se vean privados de su único contacto con la práctica deportiva y todas las ventajas que ésta les aporta tanto para su salud como por los valores que transmite”, apunta Pablo Beiro, quien resalta que “sin duda, la posible desaparición del club también afectará negativamente a las escuelas porque el altavoz mediático que ofrece el equipo nos sirve para que más niños y niñas discapacitados se animen a probar el deporte y no se queden encerrados en su casa. Además, para los chicos que ya están con nosotros, el primer equipo es un aliciente para entrenar duro, trabajar y esforzarse porque ven cómo si lo hacen pueden llegar a vestir la camiseta que hoy lucen los jugadores a los que idolatran, algunos de ellos salidos de esa misma escuela”.

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