Ángela Pumariega y Alberto Suárez Laso, unidos por el oro

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Sobre estas líneas, los dos premiados sostienen sus caricaturas, realizadas por Pablo García. | luisma muriaslne.es – «Dos oros valen más que uno». La frase de una sonriente Ángela Pumariega sirve para resumir los éxitos de los dos medallistas asturianos este verano. «La importancia de este premio es que equipara el deporte paralímpico con el olímpico», abundó Alberto Suárez Laso. Pumariega y Suárez Laso visitaron LA NUEVA ESPAÑA para recibir los atributos que los distinguen como «Asturiano del mes» de agosto.

Ángela Pumariega, integrante del Match Race de vela, fue la primera en teñir el verano de color asturiano. La gijonesa se proclamó campeona olímpica en la localidad inglesa de Weymouth. Menos de un mes después, Alberto Suárez Laso siguió sus pasos en los Juegos Paralímpicos conquistando el oro en la maratón en la categoría T12, para deficientes visuales severos.

Pero los resultados no fueron el único motivo. Tan diferentes en apariencia, ambos deportistas encierran una historia de tintes similares. Ambos han hecho del deporte una forma de vida. Al margen de sus éxitos, la constancia en el trabajo es la tónica que gobierna sus últimos años. «Para nosotros el éxito es la capacidad de sacrificio y entrega que la lleva cada día a entrenarse con ilusión», señaló la familia de Pumariega. «La medalla de oro es sólo una consecuencia de esa forma de entender la vida. Yo hubiera estado igualmente orgullosa si el resultado hubiera sido otro, siempre que mi conciencia me dijera que lo había dado todo», corroboró la medallista.

La lectura de Suárez Laso es similar. «Nunca pensé que el atletismo fuera a ocupar un lugar tan importante en mi vida», cuenta este ex portero de fútbol sala que tuvo que abandonar su pasatiempo favorito cuando le fue diagnosticada una enfermedad degenerativa en la vista, en 2008. «El atletismo exige constancia y creer en lo que uno hace. Valores seguros en Alberto», indicó Jesús Álvarez Castaño, su entrenador.

En pleno período de celebración de sus éxitos, Ángela Pumariega recibió el premio acompañada por sus padres Ángel Pumariega y Nieves Menéndez; y su novio, Pablo Sánchez. Al maratoniano lo acompañaron su mujer, Paloma Felgueroso; su madre, Belén Laso; su suegro, José Luis Felgueroso, y su entrenador, Jesús Álvarez Castaño. Por parte del periódico asistieron el director general de Editorial Prensa Ibérica, José Luis Rodríguez Artime; la directora de LA NUEVA ESPAÑA, Ángeles Rivero Velasco, y el gerente del periódico, Eduardo Suárez Pérez.

Ángeles Rivero destacó como «particularidad» que se hiciera entrega de dos galardones en un mismo acto por tender un puente entre disciplinas olímpicas y paralímpicas. «A Pumariega, la primera campeona olímpica asturiana de vela, la definen como madura, sacrificada y de buen carácter. Reúne méritos de sobra», explicó Ángeles Rivero. «Suárez Laso es un ejemplo de libro de superación y coraje. La noticia de su enfermedad le ha servido de trampolín en el deporte. Es digno de admiración», añadió.

Pumariega y Suárez Laso recibieron de Ángeles Rivero y Eduardo Suárez sendas reproducciones de una primera página del periódico, especialmente elaboradas para la ocasión. Además se les obsequió con una caricatura obra de Pablo García, en la que aparecen con el uniforme olímpico. José Luis Rodríguez Artime les entregó la estela exclusiva para el premio, obra del artista José María Legazpi.

«Desde el primer momento en Londres sentí el apoyo de LA NUEVA ESPAÑA. Unos días antes de empezar a competir, había salido en el periódico una entrevista y recuerdo que pensé que sería buena señal que me hicieran otra al acabar. Es un orgullo recibir este galardón», dijo Ángela Pumariega. Alberto Suárez también mostró su satisfacción por el reconocimiento: «Además de la felicidad personal por el premio de LA NUEVA ESPAÑA me llena de orgullo que se entregue junto al de Ángela Pumariega, un ejemplo de constancia y trabajo, y así poder celebrar el éxito olímpico y paralímpico en el mismo acto».

Tras las celebraciones toca descansar, pero la relajación será mínima. Alberto ya tiene en mente el siguiente objetivo: el Mundial de 2013 en Lyon. Para Ángela, el desafío es otro: «Prometí que si disputaba los Juegos haría el Camino de Santiago desde Gijón. Tras el oro, creo que me tocará salir desde Roncesvalles».

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