Un vigués sordo y ciego concluye en la villa una ruta en bicicleta, por etapas, por el sur de Galicia
farodevigo.es – Gerardo Fernández es un joven vigués sordo, mudo y con problemas de equilibrio. Sin embargo, ayer completó, con la llegada a la casa de unos amigos en Cangas, su quinta ruta en bicicleta por etapas en otros tantos veranos. En un tándem adaptado y acompañado de su entrenador Javier Pitillas, este ciclista cumplió en 2009 el sueño de acabar el Camino de Santiago. Después lo repitió desde distintos puntos y este año recorrió casi 350 kilómetros por el sur de Galicia. Su enfermedad hace que cada año sea más duro, pero quiere demostrar que las personas con discapacidad pueden vivir una vida activa.
El esfuerzo y la superación que conlleva toda actividad deportiva es mucho mayor cuando lo ejecutan personas con discapacidad. Sin embargo, la ilusión por completar un reto y, sobre todo, por demostrar que las personas que tienen dañadas ciertas capacidades pueden ser activas y hacer deporte se está demostrando el mejor de los incentivos para el vigués Gerardo Fernández. A sus 35 años completó ayer, con su llegada a Cangas, su quinta ruta en bicicleta. Las cuatro primeras consistieron en realizar el Camino de Santiago -el francés, el del norte o desde Madrid- y en esta ocasión completó en seis etapas una ruta por las provincias de Pontevedra y Ourense, parando en casa de distintos amigos. Es sordo, ciego y tiene problemas para mantener el equilibrio, pero eso no le impide hacer lo que más le gusta: practicar deporte. Usa un tándem adaptado, en el que el espacio de atrás está reservado para su entrenador y amigo Javier Pitillas.
Explica que el problema de Gerardo Fernández parte de una lesión cerebral y con el tiempo fue perdiendo la vista y el oído. La enfermedad es degenerativa y por eso las rutas y las etapas deben ser más cortas cada año. Desde el segundo verano siempre le acompaña otra persona con discapacidad, dentro del proyecto Discamino. En esta ocasión su entrenador hará el Camino de Santiago desde Sahagún (León) a partir de finales de mes con Maxi, un chico con parálisis cerebral. «Necesita ir más lento, por eso no hacen el reto juntos «, explica Pitillas.
El miércoles 14 salió de Pazos de Borbén para acabar en Caldelas de Tui. La segunda etapa fue hasta Arnoia (Ourense), después Porriño, A Guarda, Vigo y ayer finalizaban en Cangas. «La gente se sorprende de que alguien con sus condiciones físicas haga estos esfuerzos. Es un ejemplo de que la gente con este tipo de discapacidades no tiene por que quedarse encerrada en su casa», relata su entrenador.
Sus rutas en bicicleta se bautizaron como «camino de los sentidos», «pues Gerardo Fernández percibe los pasajes y los sitios a través del tacto y el olfato, sentidos distintos a la mayoría de la gente».
Aunque las etapas ya no pueden ser tan grandes, la condición física del vigués se nota y ayer, al poco de llegar a Cangas, ya había recuperado el aliento. Su intención era regresar a Vigo en bicicleta «pero debe imponerse la cordura», apuntaba su entrenador.
En sus aventuras, lo que más le gusta es hacer buenos amigos. Y no le falta ambición, porque para los próximos años tiene previsto completar a pedales la Ruta de la Plata, el camino desde el Levante e incluso ir a Roma en bicicleta «pero eso ahora mismo es casi imposible», desvela.
Hasta 900 y 1.000 kilómetros completaba en sus retos de hace unos años. En esta ocasión fueron unos 350 y le costó acabar la etapa más larga, que le mantuvo en la bicicleta a lo largo de unos 70 kilómetros.
Ganas no le faltan, ni para el deporte ni para su otra afición, que es tocar el bombo en una banda de Matamá. Percibe el ritmo gracias a las vibraciones.