El ascenso meteórico del baloncesto en silla de ruedas de Sabadell

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Oscar Trigo, seleccionador español en los Juegos Paralímpicos de Londres, entrena el recién creado CE Sant Nicolau BCR

El ascenso meteórico del baloncesto en silla de ruedas de Sabadelllavanguardia.com – El CE Sant Nicolau Sabadell BCR, el único equipo de baloncesto en silla de ruedas del Vallès Occidental, arranca su segunda temporada de competición con un objetivo claro: cambiar la concepción actual del deporte adaptado.

Su entrenador, el sabadellense Oscar Trigo, tuvo la oportunidad de participar en los juegos paralímpicos de Londres 2012 al frente de la selección nacional absoluta, que le proporcionó una gran experiencia de aprendizaje: “En Londres fui consciente de la capacidad que tiene la sociedad británica para entender el deporte adaptado como un deporte más”.

Trigo, que además ha entrenado al Hospital Guttmann FC Barcelona y a la selección catalana, tiene muy claro que “los deportistas adaptados son profesionales del deporte, gente que entrena cada día con mucho esfuerzo sus capacidades, no sus discapacidades”. Por ello, es rotundo al afirmar que “el baloncesto en silla de ruedas no es una actividad concebida sólo para integrar a la persona, sino un deporte de competición que busca optimizar el máximo rendimiento para lograr títulos”.

El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Sabadell, Josep Ayuso, coincide con Trigo y añade: “Los jugadores vencen su situación de discapacidad con las mismas oportunidades y objetivos deportivos que el resto de equipos de baloncesto tradicional, de igual a igual, por eso aspiran a competir a nivel catalán y de Estado Español”.

La importancia de la formación
Consecuente con sus ideas, Oscar Trigo llegó al Club Esportiu Sant Nicolau (CESN) a finales de 2012 para hacerse cargo de un ambicioso proyecto: construir de la nada un equipo de baloncesto en silla de ruedas potenciando la escuela de base, con el objetivo de convertirse en un referente en la formación de jugadores en Catalunya y con el ojo puesto en alcanzar, a medio plazo, en unos 4 o 5 años, la máxima categoría estatal: la División de Honor.

No obstante, conseguir títulos y especialmente construir un equipo competitivo no es tarea fácil al principio, así que el trabajo tuvo que empezar desde cero, colocando los fundamentos uno a uno. En su primera temporada en competición oficial el equipo estaba compuesto por sólo ocho jugadores y militó en la Lliga Catalana, la tercera categoría en importancia.

El proyecto del CESN sigue cogiendo forma esta segunda temporada con la incorporación de más jugadores y con la posibilidad de jugar en la Primera Nacional, la segunda división, gracias a la recién restructuración de las categorías por parte de la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física. De este modo, el conjunto entrenado por Oscar Trigo se medirá con grandes equipos como el Unes FC Barcelona, el Joventud BCR o el Grupo Sifu CB Hospitalet.
Estos conjuntos, según apunta el director deportivo de la entidad sabadellense, Cesc Cabeza, difieren en sus planteamientos estructurales: “Por norma general, quien quiere iniciarse en el baloncesto en silla de ruedas se encuentra con equipos de gran renombre muy consolidados, en los que es difícil entrar y encajar al principio”. El entrenador sabadellense ve en su menor vetaranía una ventaja para captar talento: “Somos probablemente el equipo más joven de la liga”.

Otra de las diferencias respecto a otros clubes de baloncesto en silla de ruedas es que el CE Sant Nicolau BCR es un equipo más dentro de la estructura la entidad sabadellense. Como explica Josep Ayuso, “participa de la dinámica propia del club sin distinción, lo que es un reclamo para muchos jóvenes”. El entrenador argumenta que “no se creó como una sección aparte, como un “equipo satélite”, sino que comparte instalaciones y experiencias con el resto de equipos de la entidad”. En este sentido, a finales de la temporada anterior el club organizó un torneo inclusivo 4 contra 4 en el que jugaron a la vez jugadores en silla de ruedas y otros que no padecen ningún tipo de discapacidad, en una actividad que enriqueció a ambos deportistas.

Integración positiva
El joven alero Carles Estrada tenía 17 años cuando debutó con el CE Sant Nicolau BCR. A diferencia de sus compañeros de equipo, Estrada no padece una discapacidad física sino que tuvo que dejar de jugar a baloncesto temporalmente por una larga lesión de rodilla. Aunque reconoce que al principio topó con evidentes dificultades técnicas debido a la silla de ruedas, se adaptó rápidamente a la nueva forma de jugar e incluso tuvo la oportunidad de viajar a Bilbao para disputar una competición estatal, una meta que, según el joven deportista, “hubiera sido inalcanzable en el baloncesto tradicional».

Allí los jugadores del BCR se enfrentaron con los mejores equipos de baloncesto de formación y demostraron, logrando la segunda posición, un gran estado de forma y que, aunque todavía falta mucho trabajo de formación, sus objetivos deportivos y sociales están cada vez más cerca.

 

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