‘En este baloncesto no importa tanto el físico como las agallas’

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Dicen que hay que caer para levantarse con más fuerza. Daniel Stix nació caído, pero se ha levantado con tal ímpetu que ahora casi vuela. «Nací con un tumor alojado en la médula que me produjo una parálisis y nunca he caminado».

Daniel Stix, jugador del Fundosa, ensayando un tiro a canasta.elmundo.es – Daniel no sabe lo que es andar, sin embargo sabe lo que es elevarse en el aire y sentir el viento en la cara cuando practica kitesurf; o descender a toda velocidad una pendiente nevada; o ganar la Liga y la Copa del Rey de baloncesto en silla de ruedas con el primer equipo del CD Fundosa de la Once. Este fin de semana se puede proclamar campeón de Europa.

Desde ayer y hasta mañana se celebra en Las Rozas la Copa de Europa, que disputan los ocho mejores equipos del continente. El Fundosa, que fue campeón en 1997 y ostenta el tercer puesto en el ranking mundial de clubs, organiza este torneo por cuarta vez en su historia y Stix espera poder alzarse con el trofeo tras pasar ayer a semifinales.

«Fui el jugador más joven en debutar en esta competición, con 14 añitos, por ello me haría especial ilusión ganar el título», reconoce Daniel, que ahora cuenta 16 años y, pese a no ser un gigante, mete canastas a pares.

Stix es uno de los deportistas paralímpicos con mayor proyección. De hecho, hace tres semanas le convocaron con la selección absoluta aunque al final se cayó de la lista. En los últimos meses ha protagonizado anuncios de televisión y ha aparecido en numerosos medios de comunicación, sin embargo, asegura que no persigue la fama.

«Lo aprovecho para dar un mensaje y mostrar a la gente lo que hay. El deporte paralímpico no consiste en decir ¡hala, mira cómo se esfuerzan!», reclama Daniel, que está convencido de que «en el baloncesto en silla de ruedas no importa tanto el físico como las agallas».

A lo largo de su vida ha practicado multitud de deportes, y es que su pasión le viene de lejos. «Cuando era un bebé me pasaba el día reptando por el suelo. Mis padres vieron que era muy inquieto y con cinco años empecé a montar en bici y a nadar, que me parecía un coñazo, pero me lo habían recomendado todos los médicos».

Pese al aburrimiento logró ganar varias medallas en campeonatos nacionales. Después descubrió el esquí, con el que se colgó otra medalla, hasta que probó el baloncesto con nueve años.

También ha practicado otros como el kitesurf, que a su modo de ver «es el mejor a nivel de sensaciones y sentimientos», aunque reconoce que todavía le quedan muchos por probar, «como el salto desde un avión o el vuelo sin motor».

Los éxitos se suceden en su meteórica carrera deportiva, pero Stix tiene claras sus prioridades y no deja de lado sus estudios: «Estoy en primero de Bachillerato y cuando acabe me gustaría estudiar bioquímica».

Su madre, Silvia, define a su hijo como «luchador y divertido» y tiene la esperanza de que se haga médico. Daniel no lo tiene tan claro: «Creo que no sería capaz de operar a alguien, aunque siempre me ha gustado la medicina por todo lo que ha hecho por mi. Me gustaría poder devolvérselo algún día».

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