Brasil ya es campeón mundial en fútbol para ciegos

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Jeferson Gonçalves,  'Jenfinho'notimerica.com – Brasil vive estos días inmerso en la vorágine del Mundial de Fútbol y pendiente del juego de la ‘canarinha’, pero otros jugadores, los de la selección de fútbol para ciegos, ya son campeones del mundo -lo han ganado todo desde 2007, 14 competiciones_ y ya piensan en el éxito de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Brasil luce orgulloso el título de «país del fútbol» y esto es algo que se hace extensible a las personas con discapacidad visual. De hecho, el mejor futbolista ciego del mundo es brasileño: Jeferson Gonçalves, ‘Jefinho’, es bicampeón mundial de ‘fútbol de cinco’, la denominación para esta variante del deporte rey.

Gonçalves ha explicado este martes en rueda de prensa en Río de Janeiro que sigue muy de cerca los pasos de la selección brasileña en busca del ‘hexacampeonato’, pero también está pendiente del próximo Mundial de la Federación Internacional de Deportes de Ciegos (IBSA, por sus siglas en inglés), que se disputará en noviembre en Japón y para el que Brasil parte como claro favorito.

El fútbol de cinco tiene unas reglas algo diferentes al fútbol convencional: para empezar los partidos son más cortos; dos partes de 25 minutos cada una. Son cinco jugadores por equipo contando al portero, que es el único que no es ciego.

La pelota tiene un dispositivo en su interior que suena cuando rueda, por lo que es muy importante que haya silencio para que los jugadores dominen el balón. Al contrario que en los estadios de fútbol, aquí reina el silencio. Los aficionados sólo pueden gritar cuando se marca un gol.

Además, hay barreras laterales para que la pelota no salga fuera del campo y los jugadores que quieren robar un balón tienen que avisar de que se están acercando al contrincante diciendo «voy». No avisar es una de las faltas más comunes, junto con el contacto físico.

Los jugadores ciegos se tocan mucho más que en el fútbol tradicional, por eso los árbitros tienen la dificultad añadida de dilucidar si ese contacto está hecho con intención de cometer un acto violento, y se tiene «que juzgar la intención», según ha explicado Felipe Menescal, asistente de Jefinho y miembro de la Confederación Brasileña de Deportes de Deficientes Visuales (CBDV).

CIEGO DESDE LOS 7 AÑOS

Jefinho nació con glaucoma y de bien niño jugaba a fútbol en la calle, pero se quedó ciego a los 7 años. «Pensé que estaba todo perdido, pero en el centro al que fui en Bahía además de aprender a leer y escribir empecé a hacer natación y atletismo. Cuando descubrí el fútbol de cinco vi que era una oportunidad», ha confesado.

En muy poco tiempo ya jugaba a nivel profesional: a los 14 años fue elegido jugador revelación del campeonato brasileño y a los 17 fue convocado para la selección. A partir de ahí su carrera ha sido imparable, conquistando medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, además de los Mundiales y los Juegos Panamericanos de Río 2007.

Jefinho ha confiado en que el Mundial de Fútbol deje como legado una mejora en la accesibilidad en el transporte público, porque lamenta que Brasil «está muy lejos» de lo deseable, sin apenas rampas, ascensores o señalización en braile. Ha confiado en que las Olimpiadas de 2016 también ayuden, como ya lo han hecho en la federación, que ha visto como han crecido notablemente sus recursos gracias al horizonte olímpico.

Aunque aún no tiene el «placer» de conocer a sus homólogos que ahora luchan por la Copa del Mundo confía en que serán campeones aunque no estén jugando tan bien como se esperaba: «Los jugadores tienen mucha presión, pero tienen que hacer lo que mejor saben; jugar a fútbol. Si lo hacen el título vendrá de forma natural». Entre el público que le escuchaba algunos espontáneos han bromeado pidiéndole que eche una mano a Neymar y compañía este viernes en el partido ante Colombia.

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