La malagueña debutará mañana, y espera hacer un buen papel a pesar de haber estado lesionada gran parte del año
diariosur.es – Carmen Herrera competirá mañana en el Campeonato del Mundo de yudo para deportistas con discapacidad visual, que se celebra desde hoy en Colorado Springs (Estados Unidos). La yudoca malagueña competirá en la categoría de menos de 70 kilogramos. Herrera llega a la competición como una de las principales favoritas, tras haber sido medalla de oro en las tres ediciones en las que el yudo femenino ha sido deporte paralímpico, desde el año 2004 en Atenas.
Herrera, que esta temporada ha estado entrenándose en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, tratará de resarcirse del mal resultado que obtuvo en el pasado Mundial de 2010, en el que por culpa de un fuerte golpe en una rodilla se vio obligada a retirarse en el primer combate.
«Buenas sensaciones»
«Después de las lesiones arrastradas durante todo el año y aunque no he podido hacer una buena pretemporada, llego al Mundial con buenas sensaciones. He podido entrenar con regularidad los últimos tres meses. Me encuentro fuerte y optimista. Espero estar entre las tres o cuatro mejores, aunque sabemos que aquí no se regala nada», comentó ayer a este periodico la yudoca malagueña, mientras esperaba a que le comunicasen su primera rival para mañana viernes. «Este Mundial destaca por el alto nivel de las competidoras, ya que van a participar muchos países que no lo venían haciendo en las ediciones anteriores. Podríamos decir que se trata de un nuevo torneo con mucha más competencia», explicó Herrera desde Estados Unidos, donde competirán otros ocho españoles.
El yudo es uno de los deportes paralímpicos con menos modificaciones respecto a la versión olímpica. Uno de estos cambios consiste en que todos los combates deben comenzar con los dos deportistas agarrados y si en algún momento los yudocas se sueltan, el árbitro está obligado a parar el combate para que vuelvan a cogerse. Además, existen otras alteraciones relativas a la forma de transmitir las señales de los árbitros a los deportistas, ya que no lo pueden hacer por gestos.
